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miércoles, 22 de mayo de 2013

Los días parecían eternos cuando se aferraba a los recuerdos. Llevaba semanas queriendo apartarlos de su lado, pero estos nunca parecían llegar a irse. 
Se miró al espejo por quinta vez en los cinco minutos transcurridos. Sus ojeras parecían no desaparecer, y sus ojos habían perdido el brillo que hace tiempo los caracterizaba. Su cuerpo, cubierto de cicatrices invisibles para los demás pero tatuadas a fuego para ella, parecía decirle que terminara de una vez con todo el sufrimiento.
Cerró los ojos, y automáticamente las voces regresaron. Aquellas que no lograba nunca ignorar, aquellas que estaban presentes en sus sueños.
Sí... Desearía saber qué pensarían esas voces malignas y sempiternas al saber lo que habían logrado con esos comentarios, con esas mentiras.
Abrió los ojos lentamente transcurrido un rato. No había conseguido notar las lágrimas que asomaban por sus mejillas. Era algo diario y normal en su día a día.
Eran gritos silenciosos. 
Con sus temblorosas manos limpió todo rastro de líquido de su cara, y, con una sonrisa, salió a la calle, esperando encontrar un mundo mágico que le hiciera olvidar la realidad.



I think your mouth should be quiet,
  'cause it never tells the truth."